¿Seré realmente adoptado? Ayer, papá y yo estábamos cenando en la cocina. Mamá se había ido a dar clases en la facultad y mi hermano iba a pasar la noche en casa de la bruja de su novia. Papá y yo habíamos pedido comida china en el delivery de la esquina. Yo me estaba terminando de servir mis fideos chinos con huevo y verduras salteadas en un plato de plástico cuando papá, que ya iba por la mitad de su cena, seguramente siguiendo un predecible proceso mental que iba de la comida china a la paternidad comentó: -¿Sabías? En la China hay una legislación que prohibe a las parejas tener más de un hijo. Así que todos los chinos son, por ley, hijos únicos. Reflexionó unos instantes y luego agregó algo acerca de que le alegraba haber tenido dos hijos en lugar de uno. Sentí un súbito sobresalto. -¡Tres! -exclamé -¿Qué? -preguntó papá, distraído. -¡Tres hijos! -repetí, enfatizando con preocupación mis palabras. Papá permaneció un rato intentando entender qué era lo que yo estaba tratando de decirle. -Sí, claro, tres hijos... - dijo por fin algo confundido, y siguió comiendo en silencio, con los ojos fijos en la maraña de fideos chinos que tenía delante.