1 de agosto
Mi hermana está recostada en el sofá de la sala leyendo los versos libres de Emily Dickinson y vestida con el sarong ramayanico que papá y mamá le trajeron de Polinesia, cuando suena el teléfono. -Hola ...-atiende distraída, sin dejar de leer sus poemas. Es Adela, su compañera de la facultad, con la cual se pasa las horas hablando pavadas. - ¿Qué?-exclama de pronto sobresaltada. Deja de lado el libro y mira el tubo del teléfono como si allí se hubiera posado una mosca con patas de rana. - ¿Que me fui adónde? ¿A Pernambuco? ¿Quién te dijo semejante cosa?- Al cortar la comunicación, agita la cabeza fastidiada. - ¿Sabés que?-me dice sin disimular su alteración -¡Matías anda diciendo por ahí que me fui a Pernambuco! ¿De dónde habrá sacado semejante cosa? Ese chico está totalmente loco. Habría que internarlo. |