...me
abro paso entre los grupos de personas, con los ojos fijos en el parquet.
Las vetas de la madera parecen valles, cordilleras, fiordos, estelas
de espuma en el borde de las olas, como si yo estuviera volando a
un millón de kilómetros de altura sobre la tierra, como cuando sueño
que vuelo y veo, allá abajo, las ciudades cuadriculadas y también
la muralla china, como una enorme y zigzagueante cicatriz sobre la
almohada. Y cuando...
|
|