Belén Gache

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   De telepatías, teletransportaciones y cabinas de teléfonos

 

Mesa redonda: Qué es la poesía experimental: alcances y controversias sobre el término. (Barraca Vorticista: 23 de mayo de 2008)

Lorentzian Wormholes

Lorentzian Wormholes
2008
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LA POESÍA EXPERIMENTAL Y EL ESPACIO
Muchos teóricos (entre ellos Michel Foucault) han señalado cómo al comienzo del siglo XX se produjo un debilitamiento de la lógica temporal propia del siglo XIX en favor de un ordenamiento epistemológico basado en la sincronicidad y la forma espacial. Habitamos hoy lo sincrónico en lugar de lo diacrónico y vivimos en un ámbito en el que priman lo simultáneo y la yuxtaposición.
En un artículo escrito en 1967, denominado Heterotopías, Foucault habla igualmente de la manera en que toda cultura, toda civilización, conserva sus “contra-emplazamientos” o heterotopías, lugares a la vez míticos y reales, alternativos a los espacios en los que sus individuos se desplazan según las normas exigidas a nivel social. (1) Un espacio heterotópico pueden ser desde una iglesia hasta un manicomio, desde el desierto hasta el laberinto de Borges, pero también, por ejemplo, pueden ser un teatro, un cuadro o, mismo, una fiesta.
La poesía experimental puede considerarse un espacio discursivo heterotópico e incluso en ocasiones contra-cultural.
La capacidad del lenguaje para modelar la cultura y determinar el pensamiento de los hombres ha sido señalada reiteradas veces por pensadores provenientes de diferentes contextos (desde Wilhelm von Humbolt, hasta George Orwell pasando por Thomas Moore, Charles Fournier o Karl Marx.). También se ha señalado la manera en que los lenguajes alternativos pueden generan mundos alternativos: cambiar las leyes del lenguaje es cambiar las leyes del mundo.
En 1914 el poeta cubo-futurista ruso Velimir Khlebnikov decía en referencia al poder que posee la poesía para evadir las leyes lingüísticas y crear así nuevos universos:
“Liberados de los poderes secretos del lenguaje, extendemos ahora nuestra ley sobre el abismo; ya no nos distinguimos de Dios: incluso la creación de mundos está a nuestro alcance.” (2)
Recordemos que, en gran medida, toda la poesía visual y sonora desarrollada durante el siglo XX tuvo su origen en el cubo-futurismo ruso. La poesía experimental, al abrir ámbitos discursivos alternativos que rompen con la manera convencional de utilizar palabras y letras y conferir a los enunciados nuevos sentidos excluidos del comercio habitual de la comunicación, crea mundos nuevos.

EXPERIMENTANDO CON LAS PALABRAS
La noción “experimental” refiere a una dinámica interrogativa que cuestiona aquello que no conoce y se manifiesta en el límite de lo conocido. Así sucedió, por ejemplo, en el campo científico, al menos desde que Roger Bacon  escribiera el libro “Sobre la ciencia experimental” en el año 1268.
En poesía, el término experimental generalmente refiere a prácticas específicas, como las de la poesía concreta, la poesía visual, la poesía sonora, la poesía digital, la video poesía y el arte correo. Pero en un sentido amplio, es “experimental”, toda poesía o literatura que busque espacios diferentes, percepciones diferentes, sentidos diferentes, así como diferentes usos de la tipografía, la ortografía, la gramática, etcétera.
En el mismo año que Foucault escribía Heterotopías, otro filósofo, Jacques Derrida, decía, en referencia a la posibilidad de desarrollar escrituras no logocentricas, como por ejemplo, las ideogramáticas:
“Dado que empezaremos a escribir de otra manera, comenzaremos a leer de otra manera." (3)
Derrida enfatizaba la idea de que si escribimos diferente, leeremos diferente y pronto, entenderemos al mundo en forma diferente.
La poesía experimental busca nuevas organizaciones mentales.

WORMHOLES ESTÉTICOS
Los agujeros de gusano de Lorentz son agujeros que nos permitirían atravesar el espaciotiempo. El nombre de “agujero de gusano proviene de la analogía de los pasajes que crean los gusanos que, para atravesar una manzana, no lo hacen surcando su piel desde un punto a otro sino cavando un túnel desde el corazón de la misma y que les servirá de atajo. En el campo científico, las experiencias ligadas a la construcción de wormholes requerirían de la existencia de una sustancia conocida como “sustancia exótica”. Si bien no existe experiencia directa de este tipo de agujeros, sabemos que hoy sí se está experimentando con entidades cercanas a los mismos, como son, por ejemplo, los agujeros negros artificiales.
En un sentido amplio, podemos decir que todo libro se constituye como un agujero de gusano o lugar de pasaje a otro espacio. Muchas ficciones jugaron con esta idea, desde las Alicias de Lewis Carroll (a través de un pozo en la tierra o a través de un espejo) hasta los cuentos de Julio Cortázar (en El otro cielo, donde un agujero de gusano conectaba al Pasaje Guemes de Buenos Aires con las Galerías Vivienne, en París, pero también en cuentos como Lejana, La noche boca arriba o, mismo, Axolotl). Todo libro permite el pasaje hacia espacios heterotópicos, hacia universos posibles diferentes al nuestro (el teórico literario Lubomir Dolezel hablará de “heterocosmos” (4), así como también el pasaje de lo real a la ficción, de las palabras a las cosas, del silencio al lenguaje, etcétera. En el caso de las producciones experimentales, la heterotopía se acentúa aun más.
Uno de los escritores experimentales más importantes del siglo XX, William Burroughs, escribía en 1964 el ensayo “El futuro de la Novela” en donde planteaba el uso de la técnica del cut up (similar a la receta de Tristan Tzara para componer poemas dadá, similar a la idea de collage, con sus múltiples perspectivas y su rechazo a la idea de una totalidad homogénea)para que la experiencia de lectura se convirtiera “en una entrada a una red multidireccional de voces, ideas, percepciones y períodos de tiempo diferentes”. Para él, esta técnica (la cual implica nociones como las de fragmentación, hibridez, discontinuidad, no-linealidad y ruptura del orden de lo impreso) permitiría descubrir conexiones no detectadas previamente entre diferentes dimensiones con resultados, según él, “potencialmente subversivos”.
La teoría, método y práctica del cut up planteado por Burroughs están ligados directamente al imaginario característico de la época (la contracultura de los años 60) con su búsqueda de expansión de la conciencia y las investigaciones por diferentes medios (meditación, drogas psicotrópicas, estados límite) a fin de lograr un mayor conocimiento de uno mismo y alcanzar estados de iluminación. También en 1964, Timothy Leary, escritor y psicólogo norteamericano que propiciaba el uso de drogas alucinógenas y al que Burroughs se refería como “un  verdadero visionario del potencial del espíritu y la mente humanas” escribía La experiencia Psicodélica: un manual basado en el Libro tibetano de los muertos, este último un texto funerario que serviría de guía para el traslado a través de los lugares de pasaje entre la muerte y un nuevo nacimiento del alma.
Tanto Burroughs como Leary entendían que los medios masivos programaban nuestro cerebro insertando en nuestras mentes el virus del lenguaje, un virus del control que, por otra parte, provenía del espacio exterior.
En este sentido, la literatura experimental serviría como una salida de los lugares comunes del lenguaje.

PSICONÁUTICA
Ya que hablamos de Burroughs y de Leary, señalaremos aquí otra puerta de expansión que influyó fuertemente sobre la generación Beat, generación cuya literatura se caracterizó por su vocación contracultural y experimental. Se trata del yoga kundalini. La filosofía oriental, con su énfasis en la naturaleza transitoria de la existencia, tuvo un fuerte impacto en obras como En el Camino o Los vagabundos del Dhrama, de Jack Kerouac, o en poesías como Himno espontáneo al Kundalini, de Micheael McCLure, escrito en 1961.
Uno de los aspectos abarcados por el yoga kundalini es la posibilidad de teletransportación del propio cuerpo. Mediante experiencias de meditación, uno podría tanto viajar en el tiempo como realizar viajes interestelares. Para ello existe un método que implica cerrar los ojos, ver el propio cuerpo delante de uno, imaginar un portal y luego hacer que la imagen del cuerpo lo atraviese.
Pero la experiencia denominada Kundalini awakening (o Iluminación Kundalini) posee sus peligros. Este estado puede durar varios meses e incluso años y según ciertos psicólogos podrían implicar un estado irreversible de “transliminaridad”, es decir de pérdida de conexión con el propio cuerpo y, en general, con la vida en la Tierra.
Nuevamente la literatura experimental se conecta con la noción de pasaje de un lugar mental a otro.

DEL BARCO A LA CABINA TELEFÓNICA
Michel Foucault también habla en su artículo sobre las Heterotopías de los lugares de pasaje entre los diferentes tipos de espacios.
“Las heterotopías suponen siempre sistemas de apertura y frecuentemente implican ritos de pasaje.” dirá.
En literatura, las imágenes de límite y frontera se multiplican en mil formas: puertas, ventanas, espejos, claros en el bosque (desde el pasaje hacia el Infierno, en la Divina Comedia de Dante, hasta el bosque de las Crónicas de Narnia).
También se multiplican las imágenes de los vehículos para transportarse. Foucault, por ejemplo, decía que el barco era el microespacio heterotópico por excelencia, ya que nos permitía un pasaje directo hacia la aventura y los sueños.
Con respecto a las cabinas telefónicas, más allá de los muchos ejemplos utilizadas en la ficción (desde el lugar en el que Superman se cambia de ropa y de identidad hasta su variable del Tardis, la máquina del tiempo que le permitía al Doctor Who desplazarse por el espaciotiempo), un locutorio se nos presenta realmente como un espacio hiper-vincular en el que se registra la presencia de múltiples dimensiones espaciales. Un locutorio funciona como un hub o puerto discursivo.

TELE-TRANSPORTACIONES
La teletransportación es una clase de transporte que implica la desintegración del cuerpo. Teletransportar es hacer que un objeto o una persona se desintegre en un lugar y vuelva a integrarse en otra parte.
Los científicos creen hoy que una máquina de transportar sería algo parecido a una máquina de fax gigante que operaría sobre objetos tridimensionales.
Si bien conocemos múltiples ejemplos de teletransportación en la ciencia ficción, de hecho existen muchos ejemplos en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, el teléfono (que transporta ondas de sonido en forma de electricidad), los faxes, internet y sus cámaras web. En todos estos casos, se envía una copia del sonido, la imagen, el documento transportado a través del espacio mediante su desintegración y reintegración. ¿Qué sucedería si realizamos una experiencia de yoga kundalini y, al hablar por teléfono, nos imagináramos a nosotros mismos del otro lado y nos desplazáramos al igual que nuestra voz, a través del cable o del espacio?
En la década de 1910, Velemir Khlebnikov decía:
 “Nuestra meta es crear un lenguaje compartido por todos los seres humanos provenientes de este tercer satélite desde el sol e inventar signos escriturarios que puedan ser entendidos y aceptados por la totalidad de nuestra estrella, perdida en el centro del universo”. (5)
Junto con un grupo de poetas cubo-futuristas rusos, Khlebnikov hacía explícita su voluntad de romper con la relación simbólica entre las palabras y las cosas pulverizando los aspectos tanto temáticos como semánticos del lenguaje corriente y se proponía crear un lenguaje nuevo: el zaum. El zaum buscaba ser, según proclamaba Khlebnikov, a la vez “transmental” e “interplanetario”.
Las palabras debían ser capaces de producir un cambio mental en las personas de forma que las mismas fueran capaces de comunicarse a través de una suerte de “sinestesia telepática”, tanto en nuestro planeta como a través del universo. (6) Vemos que, al igual que en el caso de la teletransportación, la telepatía nos remite a un pasaje de información (de pensamientos, de sentimientos) a distancia.
Desde Khlebnikov hasta hoy, la poesía experimental ha buscado en mayor o menor grado salirse de los lugares de pensamiento establecidos, creando espacios mentales diferentes y utilizando como vehículo al propio lenguaje.

BELÉN GACHE.

 

Notas:
(1) Michel Foucault, « Des espaces autres », en Dits et écrits, n° 360, París, Gallimard, 1994
(2) Velimir Khlebnikov, The King of Time: Poems, Fictions, Visions of the Future, Cambridge, MA, Harvard University Press, 1985
(3) Jacques Derrida, De la Grammatologie, Paris, Editions de Minuit, 1968
(4) Lubomir Dolezel, Heterocosmica, fiction and possible worlds, Baltimore and London, The John Hopkins University Press, 1998
(5) Velimir Khlebnikov, op.cit.
(6) Khlebnikov escribe en idioma zaum las obras “El lenguaje de los pájaros”, “El lenguaje de los dioses” y “El lenguaje de las estrellas”.